martes, 29 de octubre de 2013

Sexto día. Parches.

Mentiría si dijera que no me apetece fumar. Varias veces, instintivamente, he ido a buscar un cigarrillo al bolso, pero cuando he sido consciente de ello, he retirado la mano. Esta mañana, mientras me ponía el parche, admitía que no obraría milagros, que las ganas de fumar seguirían estando presentes y el hábito de coger un cigarrillo hasta sin ganas, también, pero me lo puse con la sola esperanza de no volver a sentir la desesperación de ayer. Hace doce horas que me levanté, he trabajado, cocinado, comido, he visto la televisión, he recogido un encargo... y la desesperación aún no ha llegado. Ya no le daré la oportunidad de hacerlo por hoy, porque queda poco día.

Resumen: Con la ayuda de los parches, se puede sobrellevar.

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