jueves, 31 de octubre de 2013

Octavo día. A ratos te olvido

Bueno, no está mal. Hay ratos en que se me olvidan las ganas de fumar y me siento bien. Otra cosa buena es que ha mejorado mi olfato. El paladar no lo sé, no he notado nada de particular. También es bueno respirar profundamente y sentir el aire que entra fresco en los pulmones, antes no lo sentía ni fresco ni caliente.

Por la tarde he tenido muchas más tentaciones de fumar que en los dos últimos días. Cientos de niños -parecen miles- hacen un ruido infernal. Las mamás los han vestido de monstruos, brujas y muertos vivientes y los han soltado en el patio para hacer la fiesta de Halloween. Y así llevan desde las cuatro de la tarde, y siguen, y siguen. Nada nuevo, pero cada vez se hace más insoportable esta guardería permanente in situ. Hoy, además, suben y bajan las escaleras, se oye sin parar el ascensor, llaman al timbre una y otra vez y a mí me dan más ganas de fumar, el ruido me provoca ansiedad. A veces entiendo a esa gente que se vuelve loca y hace locuras... En fin. Tal vez otro día acaben venciéndome. Esta noche no. Esta noche tengo mi fiesta privada en las entrañas de la tierra.

Feliz puente.

3 comentarios:

  1. Ánimo, en muy pocos días te sorprenderá que hayas vivido tanto tiempo con un tipo tan maloliente, tan exigente y tan mentiroso.
    Y cuando menos lo esperes ni lo recordarás.

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    1. ¿Lo sabes por propia experiencia? Me valdría más :)

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    2. Absolutamente. Imagina el día en que te sorprendes pensando en él y te das cuenta que llevas semanas sin hacerlo.
      Y cuando te ofrezcan uno y puedas decir: gracias, ya no fumo.
      Es absolutamente liberador, es recuperar el cuerpo, y el tiempo.
      Salir de la esclavitud a la libertad.
      Cuando aparezca el simio, cuenta mentalmente hasta quince. Mucho antes ya le habrás olvidado.
      ánimo. Y mira el quitometro!!
      Vas muy bien.

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