jueves, 31 de octubre de 2013

Octavo día. A ratos te olvido

Bueno, no está mal. Hay ratos en que se me olvidan las ganas de fumar y me siento bien. Otra cosa buena es que ha mejorado mi olfato. El paladar no lo sé, no he notado nada de particular. También es bueno respirar profundamente y sentir el aire que entra fresco en los pulmones, antes no lo sentía ni fresco ni caliente.

Por la tarde he tenido muchas más tentaciones de fumar que en los dos últimos días. Cientos de niños -parecen miles- hacen un ruido infernal. Las mamás los han vestido de monstruos, brujas y muertos vivientes y los han soltado en el patio para hacer la fiesta de Halloween. Y así llevan desde las cuatro de la tarde, y siguen, y siguen. Nada nuevo, pero cada vez se hace más insoportable esta guardería permanente in situ. Hoy, además, suben y bajan las escaleras, se oye sin parar el ascensor, llaman al timbre una y otra vez y a mí me dan más ganas de fumar, el ruido me provoca ansiedad. A veces entiendo a esa gente que se vuelve loca y hace locuras... En fin. Tal vez otro día acaben venciéndome. Esta noche no. Esta noche tengo mi fiesta privada en las entrañas de la tierra.

Feliz puente.

miércoles, 30 de octubre de 2013

Séptimo día: Aburrido


¿Será verdad que un día las cosas serán tan agradables sin fumar como lo han sido fumando? Me cuesta creérmelo.

martes, 29 de octubre de 2013

Sexto día. Parches.

Mentiría si dijera que no me apetece fumar. Varias veces, instintivamente, he ido a buscar un cigarrillo al bolso, pero cuando he sido consciente de ello, he retirado la mano. Esta mañana, mientras me ponía el parche, admitía que no obraría milagros, que las ganas de fumar seguirían estando presentes y el hábito de coger un cigarrillo hasta sin ganas, también, pero me lo puse con la sola esperanza de no volver a sentir la desesperación de ayer. Hace doce horas que me levanté, he trabajado, cocinado, comido, he visto la televisión, he recogido un encargo... y la desesperación aún no ha llegado. Ya no le daré la oportunidad de hacerlo por hoy, porque queda poco día.

Resumen: Con la ayuda de los parches, se puede sobrellevar.

lunes, 28 de octubre de 2013

Quinto día. Recaída

Muy serio no ha sido todavía este intento. En los primeros días he fumado un cigarrillo por las noches. Las ganas de fumar eran demasiado intensas y se sumaban al esfuerzo de todo el día por no fumar.

Es difícil dejar el tabaco. Si hubiéramos podido viajar en el tiempo cuando nos fumamos los primeros cigarrillos, esos que todavía ni nos sabían bien, y pudiéramos vernos años más tarde dentro de una trampa de la que queremos salir pero no podemos, no seguiríamos fumando.

Hoy ha sido un día peor que los anteriores. Mucho más complicado lo de aguantar cada embate, y han sido muchos. En el trabajo he estado nerviosa y con un nudo dentro como de pena fresca o de mal augurio. Cuando volví a casa tenía claros síntomas de crisis de abstinencia: taquicardia, temblor de manos, sudor y un humor de perros.

De modo que decidí salir a comprar algo que me ayudara a sobrellevar la abstinencia, pero eso sería a partir de mañana, hoy iba a fumar todo lo que me diera la gana, al menos 8 cayeron. Y eso hice desde la tarde hasta la hora de acostarme.

Me dejé asesorar en la farmacia y al final salí con una caja de parches.

viernes, 25 de octubre de 2013

Segundo día: Maldiciendo a la ley antitabaco

Tiene su parte buena esta ley:

  • Para los menores de edad y jóvenes que aún no han empezado a fumar. Se les está acostumbrando a que fumar ni es guay ni es saludable, con lo que se sienten modernos y progres no fumando, todo lo contrario de lo que pasaba en mi adolescencia y juventud.
  • Para quienes tenían poco hábito: Les ha resultado fácil adaptarse a estar en sitios donde antes se podía fumar y ahora no, con lo que poco a poco el hábito desaparecerá o seguirá siendo de bajo nivel.


Peroooooo.... para quienes teníamos el hábito muy arraigado y concretamente para mí:

  • Aumenté el consumo de cigarrillos diarios.
  • Fumé con más ansiedad y con caladas más profundas.

Quiero dejar muy claro que:


  • Las dos últimas leyes antitabaco me han perjudicado en nivel progresivo, la primera menos y la segunda más.
  • Han retrasado el momento en el que habría dejado de fumar. Sin estas leyes, con alta probabilidad yo ya lo habría dejado hace tiempo.
  • No es positivo para un fumador, enseñarle esas imágenes en las cajetillas ni decirle que se va a morir de un cáncer de pulmón, de garganta o con los dientes negros como de antracita. Le provocará mayor ansiedad y le será más difícil dejar de fumar.
  • No es positivo para un fumador que se le considere un apestado o un delincuente. No le animará a dejar de fumar.
  • Si he dejado de fumar (de momento) no ha sido gracias a ninguna de esas mierdas de leyes. Tampoco es por querer agradar a nadie. Es porque yo he querido, porque tengo demasiadas bronquitis en un año y, al margen de que pudiera tener alguna alergia, cosa que mi médico no ha querido investigar aún, sé que si dejo de fumar disminuirá la frecuencia de esas bronquitis. Es porque estoy pasando por una bien gorda. Pero, repito, no le debo nada a esta puñetera ley, todo lo contrario.

jueves, 24 de octubre de 2013

Segundo día: Sigo con los estímulos positivos

Las 8:25 de la mañana. No sé qué me ha hecho levantarme temprano hoy que no me tocaba madrugar. Quería que me diera tiempo a prepararme un zumo de naranja y una tostada. Me traigo el desayuno frente al ordenador... esto me gusta hacerlo y pienso seguir haciéndolo. Acabo el zumo y la tostada. Escribo aquí. Tentación: Una caladita nada más... ¡No, no, no, no!

Me he descargado varias aplicaciones de iPhone para ayudar a dejar de fumar. Una la he borrado de inmediato, ¿cómo se les ocurre? Todo en plan horroroso, de lo que te hace el tabaco, con esas fotos de las cajetillas e información añadida. ¡A la mierda, eso da ansiedad!

Otro es más simpático, solo que está en inglés y tardo un rato en entender algunas cosas, como la misión que te encomienda cada día. Hoy me dice que como tengo un gran riesgo de recaída, que utilice algún coadyuvante como parches. Pues gracias, pero voy a ver si puedo sin eso también... ya sabes, soy muy burra y otras cosas más difíciles he conseguido.



En este último programa dice que hoy ya tengo estos parámetros de salud en comparación con un no fumador:
  • La misma presión arterial y frecuencia de pulso.
  • El mismo nivel de oxígeno.
  • El mismo nivel de monóxido de carbono.
  • Un 61% de nicotina en el cuerpo (él no tiene ninguna).
  • El paladar y el olfato aún estarían al 50%.
  • Respiración (creo que se refiere al aliento... breathing): como al 40% con respecto al no fumador.
  • Mi nivel de energía sería aproximadamente de una tercera parte en comparación con el no fumador.
Y ahora lo más malo:
  • Tos y sibilancias: 1%
  • Circulación: 1%
  • Riesgo normal de un ataque al corazón: 0,07%
  • Riesgo normal de cáncer de pulmón: 0.03% (vamos que para llegar al 100% de riesgo normal de un no fumador, me queda un rato todavía... es como decirle a una que tiene el 99,93% de contraer cáncer de pulmón aunque haya dejado de fumar... chungo chungo.
Estoy verdaderamente agobiada. He cogido un cigarrillo del paquete. La boca se me ha hecho agua sólo de mirarlo. Uno no pasa nada... mejor dejarlo poco a poco y no de golpe, que ya decía la psicooncóloga que es más fácil pillar cáncer de pulmón cuando se deja de golpe.... Pues no, no quiero, no voy a fumarme ese cigarrillo...y vuelta al paquete.

Primer día: Buscando estímulos positivos

Son las 22:15 y esto es un ejercicio de resistencia. Demostrarme a mí misma que estar delante de un ordenador escribiendo, puede hacerse igualmente sin un cigarrillo encendido. Busco estímulos positivos y uno de ellos es este gadget que he instalado en el margen de mi otro blog. Dice mi gadget que hace 18 horas y 46 minutos que fumé el último cigarrillo... Teniendo en cuenta que 7 de esas 18 las pasé durmiendo, tampoco he tenido que soportar el mono mucho rato. 11 horas y pico. 

Bueno, pues no, no es lo mismo escribir con un cigarrillo encendido que sin él. Dónde va a parar. (....) Ahora mismo he tenido que hacer una parada. Me despisto. No sé qué iba a decir ahora... y es que de pronto me ha dado una de esas urgencias locas por encender uno. No sé si sabéis de qué se trata. Los que nunca habéis fumado no tenéis ni idea, ahí demostrando un autocontrol que no es tal. Claro. Me seguís cabreando con vuestros aires de superioridad. ¡Sí, estoy de mal humor!

Las musas se marchan si no tengo el cigarrillo encendido. A ellas les gusta sentir el olor del tabaco. 

Me acuesto.