lunes, 28 de octubre de 2013

Quinto día. Recaída

Muy serio no ha sido todavía este intento. En los primeros días he fumado un cigarrillo por las noches. Las ganas de fumar eran demasiado intensas y se sumaban al esfuerzo de todo el día por no fumar.

Es difícil dejar el tabaco. Si hubiéramos podido viajar en el tiempo cuando nos fumamos los primeros cigarrillos, esos que todavía ni nos sabían bien, y pudiéramos vernos años más tarde dentro de una trampa de la que queremos salir pero no podemos, no seguiríamos fumando.

Hoy ha sido un día peor que los anteriores. Mucho más complicado lo de aguantar cada embate, y han sido muchos. En el trabajo he estado nerviosa y con un nudo dentro como de pena fresca o de mal augurio. Cuando volví a casa tenía claros síntomas de crisis de abstinencia: taquicardia, temblor de manos, sudor y un humor de perros.

De modo que decidí salir a comprar algo que me ayudara a sobrellevar la abstinencia, pero eso sería a partir de mañana, hoy iba a fumar todo lo que me diera la gana, al menos 8 cayeron. Y eso hice desde la tarde hasta la hora de acostarme.

Me dejé asesorar en la farmacia y al final salí con una caja de parches.

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